GASTRONOMÍA
Dentro de la cultura popular duranguense también están las comidas. La alimentación se organiza con base en los recursos que se encuentran en la comunidad o que les son accesibles. En cuanto a la preparación de éstos depende de las tradiciones de los ancestros, que las jóvenes generaciones retoman y difunden.
En Durango un platillo tradicional es el caldillo durangueño (filete de res frito con ajos, cebollas, jitomates y chiles) y que además de sabroso, es muy nutritivo.
La quesería duranguense tiene gran prestigio ya que se elaboran quesos para los más diversos gustos. Además del asadero que es queso cocido, destaca el llamado queso menonita utilizado en la preparación de entomatadas, enchiladas y otros antojitos.
El chorizo es otra especialidad, acompañando una gran variedad de guisos, o con huevos y frijoles.
El pinole también forma parte de los alimentos que se consumen, siendo Santiago Papasquiaro el lugar que se ha especializado en la elaboración de este rico derivado del maíz.
Existen en el estado los más variados dulces típicos como es la cajeta (que en otros lugares se conoce como ate), elaborada casi siempre con membrillo y que se acostumbra acompañar con queso fresco. También se elaboran dulces con nuez, almendra, manzana y tejocote; así como ricas frutas cristalizadas.
CENTROS TURÍSTICOS
En la región del Semidesierto existen lugares de interés histórico y turístico, como el puente colgante de Ojuela en el Municipio de Mapimí, considerado uno de los más grandes de su tipo en el continente americano; la casa en la que se alojó Benito Juárez, en septiembre de 1864, cuando viajaba rumbo al norte, ubicada en la Ciudad de Nazas.
En la región de los Valles, existen muchos sitios históricos y turísticos interesantes como por ejemplo, en la ciudad de Durango el Templo de Analco, el Palacio de Gobierno, la Casa del Conde de Súchil, el Santuario de Guadalupe, el Templo de Los Angeles, el Paseo de las Alamedas, los jardínes de Hidalgo y Ortíz de Zárate, el Parque Guadiana, el Teatro Victoria, el Palacio Municipal, la Plaza de Armas, los Antiguos Conventos, el edificio central de la Universidad Juárez y la Catedral, entre otros. Cerca de la ciudad se localizan el Cerro de Mercado, la exhacienda de la Ferrería y los estudios cinematográficos de Chupaderos y de los Alamos.
En el municipio de San Juan del Río, está la casa donde nació Francisco Villa; en el municipio de Súchil se encuentra la exhacienda de El Mortero que perteneció al conde del Valle de Súchil, siendo esté un ejemplo del tipo de edificaciones de la época colonial.
sábado, 15 de enero de 2011
Durango
Durango
Localización
Situado en el extremo norte de la zona interior de la República Mexicana, su territorio comprende la distancia mayor de 520 kilómetros de Norte a Sur y de 480 kilómetros de oriente a poniente. El trópico de Cáncer pasa cerca de la Villa del Mezquital, dejando al Sur la Sierra madre y el meridiano de 105 grados, que es el límite de horario. A 40 kilómetros al oeste de la capital y longitudinalmente por el Llano de Guadalupe.
La entidad colinda al norte con Chihuahua, al noreste con Coahuila, al sureste con Zacatecas, al sur con Nayarit y Jalisco y al poniente con Sinaloa. Tiene una superficie de 123,180 kilómetros cuadrados, ocupa el 6.08% del territorio nacional y por su extensión ocupa el cuarto sitio entre las entidades federativas.
La palabra Durango es de origen vasco y significa “Vega bañada por ríos rodeados de alturas o montañas.” aunque algunos creen que significa peña del tiempo.
Costumbres
Durango es un estado rico en tradiciones, de las cuales podemos destacar el contenido histórico de sus museos y monumentos, aunque las ferias regionales también son parte importante de sus costumbres.
En la región del Semidesierto son famosas las ferias regionales de Gómez Palacio, la del señor de Mapimí en Cuancamé y la de Santa Ana en Nazas.
En la región de los Valles, las ferias regionales son frecuentes en el estado de Durango tales como: las ferias de la manzana en Canatlán y de la nuez en San Juan del Río. La Feria Nacional en la Ciudad de Durango, la cual conmemora la fundación de la capital. También son famosas algunas festividades religiosas, como La Sauceda en Canatlán; El Nayar; la Sierra de Gamón, en Guadalupe Victoria; y El Tizonazo, en Indé.
En la región de la Sierra, en la mayoría de los pueblos se conserva la tradición de festejar al santo patrono del lugar. En algunos de ellos se presentan pastorelas y coloquios en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. También se acostumbra celebrar el aniversario de la fundación de los ejidos y comunidades.
En la región de las Quebradas existen costumbres, tradiciones y leyendas muy interesantes. Cada año en casi todas las poblaciones se celebran fiestas patronales. Durante ellas, los habitantes tienen oportunidad de conocerse mejor y de mostrar a los visitantes su carácter amable y su hospitalidad.
Entre la música indígena, los tepehuanes continúan manteniendo viva la tradición del mitote, baile de carácter principalmente ceremonial; éste dura cinco días normalmente y se realiza tres veces al año: En el mes de febrero, para pedir por la salud de todos; en mayo, para que lleguen las lluvias y en el mes de octubre, para la bendición de los primeros elotes y el agradecimiento de las buenas cosechas.
Este grupo conserva el arco musical, único instrumento de cuerda que se estima de herencia indígena, el cual es acompañado por un tamborcillo y una flauta en la interpretación de sones y bailes. Los tepehuanes conservan también cantos relacionados con diversas ceremonias y practican danzas como los matachines acompañados de güiro, silbato y violines, y los tachalotes que tienen semejanza con las danzas de los tarahumaras.
Los mexicaneros bailan el tzu´rabi, también conocido como mitote que tiene relación con sus creencias. Los huicholes utilizan para acompañar sus bailes y ceremonias el antiguo arco musical, el tambor o tepu, el violín o shahveri y la guitarra o canoni, además de diversas sonajas. Los tarahumaras ejecutan la música con flautas de carrizo o de cuero, sonadores de madera y hueso, violín y guitarra. Sus danzas son una especie de culto y encantamiento interpretados por matachines y pascoleros.
Los duranguenses también cuentan con bailes que reflejan la identidad mestiza. Entre ellos están las polkas que en la entidad tomaron una forma muy original. Durante los tiempos de la Revolución, éstas se difundieron ampliamente sobre todo en el norte del país. Entre las que aún se tocan y bailan figuran: La Segunda de Rosales, Las Virginias (con elementos de la cuadrilla), la Revolcada y Angelita, según la forma de la polka original.
En algunos pueblos del centro y sur del estado se sigue bailando chotis. Las piezas más conocidas de este género son: El Amor de Madre, El Revolcadero, Los Arbolitos y El Senderito.
Localización
Situado en el extremo norte de la zona interior de la República Mexicana, su territorio comprende la distancia mayor de 520 kilómetros de Norte a Sur y de 480 kilómetros de oriente a poniente. El trópico de Cáncer pasa cerca de la Villa del Mezquital, dejando al Sur la Sierra madre y el meridiano de 105 grados, que es el límite de horario. A 40 kilómetros al oeste de la capital y longitudinalmente por el Llano de Guadalupe.
La entidad colinda al norte con Chihuahua, al noreste con Coahuila, al sureste con Zacatecas, al sur con Nayarit y Jalisco y al poniente con Sinaloa. Tiene una superficie de 123,180 kilómetros cuadrados, ocupa el 6.08% del territorio nacional y por su extensión ocupa el cuarto sitio entre las entidades federativas.
La palabra Durango es de origen vasco y significa “Vega bañada por ríos rodeados de alturas o montañas.” aunque algunos creen que significa peña del tiempo.
Costumbres
Durango es un estado rico en tradiciones, de las cuales podemos destacar el contenido histórico de sus museos y monumentos, aunque las ferias regionales también son parte importante de sus costumbres.
En la región del Semidesierto son famosas las ferias regionales de Gómez Palacio, la del señor de Mapimí en Cuancamé y la de Santa Ana en Nazas.
En la región de los Valles, las ferias regionales son frecuentes en el estado de Durango tales como: las ferias de la manzana en Canatlán y de la nuez en San Juan del Río. La Feria Nacional en la Ciudad de Durango, la cual conmemora la fundación de la capital. También son famosas algunas festividades religiosas, como La Sauceda en Canatlán; El Nayar; la Sierra de Gamón, en Guadalupe Victoria; y El Tizonazo, en Indé.
En la región de la Sierra, en la mayoría de los pueblos se conserva la tradición de festejar al santo patrono del lugar. En algunos de ellos se presentan pastorelas y coloquios en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. También se acostumbra celebrar el aniversario de la fundación de los ejidos y comunidades.
En la región de las Quebradas existen costumbres, tradiciones y leyendas muy interesantes. Cada año en casi todas las poblaciones se celebran fiestas patronales. Durante ellas, los habitantes tienen oportunidad de conocerse mejor y de mostrar a los visitantes su carácter amable y su hospitalidad.
Entre la música indígena, los tepehuanes continúan manteniendo viva la tradición del mitote, baile de carácter principalmente ceremonial; éste dura cinco días normalmente y se realiza tres veces al año: En el mes de febrero, para pedir por la salud de todos; en mayo, para que lleguen las lluvias y en el mes de octubre, para la bendición de los primeros elotes y el agradecimiento de las buenas cosechas.
Este grupo conserva el arco musical, único instrumento de cuerda que se estima de herencia indígena, el cual es acompañado por un tamborcillo y una flauta en la interpretación de sones y bailes. Los tepehuanes conservan también cantos relacionados con diversas ceremonias y practican danzas como los matachines acompañados de güiro, silbato y violines, y los tachalotes que tienen semejanza con las danzas de los tarahumaras.
Los mexicaneros bailan el tzu´rabi, también conocido como mitote que tiene relación con sus creencias. Los huicholes utilizan para acompañar sus bailes y ceremonias el antiguo arco musical, el tambor o tepu, el violín o shahveri y la guitarra o canoni, además de diversas sonajas. Los tarahumaras ejecutan la música con flautas de carrizo o de cuero, sonadores de madera y hueso, violín y guitarra. Sus danzas son una especie de culto y encantamiento interpretados por matachines y pascoleros.
Los duranguenses también cuentan con bailes que reflejan la identidad mestiza. Entre ellos están las polkas que en la entidad tomaron una forma muy original. Durante los tiempos de la Revolución, éstas se difundieron ampliamente sobre todo en el norte del país. Entre las que aún se tocan y bailan figuran: La Segunda de Rosales, Las Virginias (con elementos de la cuadrilla), la Revolcada y Angelita, según la forma de la polka original.
En algunos pueblos del centro y sur del estado se sigue bailando chotis. Las piezas más conocidas de este género son: El Amor de Madre, El Revolcadero, Los Arbolitos y El Senderito.
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